Con SolusOS 1 "Eveline" quedamos avisados de que nos encontramos en los comienzos de lo que puede ser un gran proyecto. Poco tiempo después nos encontramos con SolusOS 2, que ahora mismo se encuentra en fase Alfa 5, comenzando ya la Beta. Un momento que podría parecer prematuro para evaluar una nueva distro, pero que es suficientemente revelador como para darnos cuenta de que nos podemos encontrar ante una posible inflexión, cuando menos en el mundo del escritorio Linux.
SolusOS 2 es una distro basada en Debian Wheezy. Pero, a diferencia de ésta Solus es totalmente funcional nada más ser instalada. Mientras que en Debian tendremos que empezar por buscarnos la vida para que el sistema reconozca, por ejemplo, nuestra tarjeta wifi, en SolusOS esto funciona de forma automática. EL First Run Wizard que incorpora nos permite instalar los controladores privativos sin mayor problema.
Sabemos que las distros basadas en Debian suelen consumir pocos recursos, casi siempre menos que las basadas en Ubuntu. De igual manera son también mucho más estables. El precio a pagar por esto es usar programas que han sido testeados una infinidad de veces y, por lo tanto, tardan más en estar disponibles para el usuario. Así que generalmente Debian funciona con Software antiguo, pero altamente estable. SolusOS innova porque, pese a ser un Debian, usa paquetería nueva. Esto es así porque une los repositorio de Debian (backports) a los repositorios propios de SolusOS. El resultado es que nos encontramos con un sistema altamente estable y que, además, dispone de las últimas versiones de los programas (Firefox, Opera, Thunderbird, etc...)
Con lo que va citado hasta aquí ya tenemos una distro muy interesante y accesible a un público más amplio que el que comúnmente usa Debian. Pero es que hay más. En la alfa de SolusOS 2 ya nos encontramos con algo insólito que funciona perfectamente. Algo por en lo que las principales distribuciones han luchado y fracasado, la recuperación de Gnome 2.
Después de que Gnome decidiese dar por cerrado (y por consiguiente abocar a la obsolescencia) su escritorio Gnome 2 en beneficio de Gnome 3 han habido muchos intentos de recuperar la funcionalidad y la estética tradicional del viejo escritorio. Ubuntu lo intento con Gnome Classic /Fallback con un resultado más que limitado ya que sólo se veía medianamente bien con el tema Ambiance y , además, tenía muchas limitaciones de funcionalidad (movimiento de iconos, etc..). Mate, el proyecto adoptado y continuado por Linux Mint es una réplica muy superior llegando al punto de ser casi idéntico al original. Lo que ocurre con Mate es que no deja de ser una capa “superpuesta” sobre Gnome 3 con lo que tiene su punto absurdo al obligarnos a consumir más recursos (unos 20mb de RAM) para ejecutar lo que antes hacíamos sin emulación. Además Mate, pese a ser prácticamente idéntico a Gnome 2, es otro escritorio. Algo que dificulta la adaptabilidad de muchas aplicaciones que funcionaban correctamente bajo Gnome 2 ya ahora no encuentran el mismo escritorio sobre el que ser funcionales. Pues bien, a estas alturas Ikey Doherty y su equipo han tenido la genial y valiente idea de incorporar Gnome 2 a Gnome 3 a base de parchear el primero. El resultado es magnífico y además hace automáticamente obsoletos a Mate y a Gnome Fallback. Esto lo ha conseguido parcheando Gnome 2 para que pueda incorporarse a Gnome 3. El éxito del trabajo se nota en la imposibilidad de distinguir a primera vista que nos hayamos ante Gnome 3, ya que la apariencia es exactamente la de Gnome 2. Pero no sólo eso, además nos encontramos que el resultado funciona perfectamente y se integra sin problemas en el sistema permitiendo que éste sea completamente funcional al tiempo que mantiene una extrema estabilidad y fluidez.
Así pues tenemos una distro con una agradable presentación, extremadamente estable, que consume pocos recursos, con paquetería nueva , “lista para usar” y que, además, soluciona una de las mayores crisis de escritorio que ha habido en el mundo Linux una vez llegó Gnome 3. Por tanto no es de extrañar, que pese al poco tiempo que lleva desde su creación, esté aumentando su difusión de forma vertiginosa (cosa que ya lleva tiempo notándose en su ranking de Distrowatch).
Recordando el pasado veremos a un joven Shuttleworh como, siendo uno de los desarrolladores de Debian, tuvo el ojo y la pericia como para desde ahí crear una nueva distro que pudiese llegar a un público más amplio ayudándose también del ingenio. Ahora vemos al equipo de Ikey creando en muy poco tiempo una distribución que, gracias a su funcionalidad, busca públicos más amplios. Que comienza a dar muestras de genialidad e inteligencia al vencer donde Linux Mint o grandes empresas como Canonical (Ubuntu) han fracasado. Sólo la precocidad del proyecto puede crearnos las naturales dudas de si éste podrá seguir adelante. Consolidar una distribución Linux en lo más alto requiere de talento pero también de mucho trabajo y constancia durante los años. Algo que habrá que ver con el tiempo.
Fuente de la imagen
SolusOS 2 es una distro basada en Debian Wheezy. Pero, a diferencia de ésta Solus es totalmente funcional nada más ser instalada. Mientras que en Debian tendremos que empezar por buscarnos la vida para que el sistema reconozca, por ejemplo, nuestra tarjeta wifi, en SolusOS esto funciona de forma automática. EL First Run Wizard que incorpora nos permite instalar los controladores privativos sin mayor problema.
Sabemos que las distros basadas en Debian suelen consumir pocos recursos, casi siempre menos que las basadas en Ubuntu. De igual manera son también mucho más estables. El precio a pagar por esto es usar programas que han sido testeados una infinidad de veces y, por lo tanto, tardan más en estar disponibles para el usuario. Así que generalmente Debian funciona con Software antiguo, pero altamente estable. SolusOS innova porque, pese a ser un Debian, usa paquetería nueva. Esto es así porque une los repositorio de Debian (backports) a los repositorios propios de SolusOS. El resultado es que nos encontramos con un sistema altamente estable y que, además, dispone de las últimas versiones de los programas (Firefox, Opera, Thunderbird, etc...)
Con lo que va citado hasta aquí ya tenemos una distro muy interesante y accesible a un público más amplio que el que comúnmente usa Debian. Pero es que hay más. En la alfa de SolusOS 2 ya nos encontramos con algo insólito que funciona perfectamente. Algo por en lo que las principales distribuciones han luchado y fracasado, la recuperación de Gnome 2.
Después de que Gnome decidiese dar por cerrado (y por consiguiente abocar a la obsolescencia) su escritorio Gnome 2 en beneficio de Gnome 3 han habido muchos intentos de recuperar la funcionalidad y la estética tradicional del viejo escritorio. Ubuntu lo intento con Gnome Classic /Fallback con un resultado más que limitado ya que sólo se veía medianamente bien con el tema Ambiance y , además, tenía muchas limitaciones de funcionalidad (movimiento de iconos, etc..). Mate, el proyecto adoptado y continuado por Linux Mint es una réplica muy superior llegando al punto de ser casi idéntico al original. Lo que ocurre con Mate es que no deja de ser una capa “superpuesta” sobre Gnome 3 con lo que tiene su punto absurdo al obligarnos a consumir más recursos (unos 20mb de RAM) para ejecutar lo que antes hacíamos sin emulación. Además Mate, pese a ser prácticamente idéntico a Gnome 2, es otro escritorio. Algo que dificulta la adaptabilidad de muchas aplicaciones que funcionaban correctamente bajo Gnome 2 ya ahora no encuentran el mismo escritorio sobre el que ser funcionales. Pues bien, a estas alturas Ikey Doherty y su equipo han tenido la genial y valiente idea de incorporar Gnome 2 a Gnome 3 a base de parchear el primero. El resultado es magnífico y además hace automáticamente obsoletos a Mate y a Gnome Fallback. Esto lo ha conseguido parcheando Gnome 2 para que pueda incorporarse a Gnome 3. El éxito del trabajo se nota en la imposibilidad de distinguir a primera vista que nos hayamos ante Gnome 3, ya que la apariencia es exactamente la de Gnome 2. Pero no sólo eso, además nos encontramos que el resultado funciona perfectamente y se integra sin problemas en el sistema permitiendo que éste sea completamente funcional al tiempo que mantiene una extrema estabilidad y fluidez.
Así pues tenemos una distro con una agradable presentación, extremadamente estable, que consume pocos recursos, con paquetería nueva , “lista para usar” y que, además, soluciona una de las mayores crisis de escritorio que ha habido en el mundo Linux una vez llegó Gnome 3. Por tanto no es de extrañar, que pese al poco tiempo que lleva desde su creación, esté aumentando su difusión de forma vertiginosa (cosa que ya lleva tiempo notándose en su ranking de Distrowatch).
Recordando el pasado veremos a un joven Shuttleworh como, siendo uno de los desarrolladores de Debian, tuvo el ojo y la pericia como para desde ahí crear una nueva distro que pudiese llegar a un público más amplio ayudándose también del ingenio. Ahora vemos al equipo de Ikey creando en muy poco tiempo una distribución que, gracias a su funcionalidad, busca públicos más amplios. Que comienza a dar muestras de genialidad e inteligencia al vencer donde Linux Mint o grandes empresas como Canonical (Ubuntu) han fracasado. Sólo la precocidad del proyecto puede crearnos las naturales dudas de si éste podrá seguir adelante. Consolidar una distribución Linux en lo más alto requiere de talento pero también de mucho trabajo y constancia durante los años. Algo que habrá que ver con el tiempo.
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